miércoles, 5 de noviembre de 2014

El desorden se compone de la casualidad

Un día un perturbado paseaba por una calle virtual y una chica que lo vio le preguntó: ¿te pasa algo? Nadie salvo el destino sabia lo que esas tres palabras dichas por lastima, por interés, o por lo que fuera, desarraigarían en lo que ahora podemos contemplar día a día. Esas tres palabras se convirtieron en oraciones, y esas oraciones en largas historias a la luz de una lámpara. 
Con subidas de tensión e altibajos de corriente, el fino e débil hilo por el que circula la relación de ambos siempre persistirá, y si la bombilla se funde, se cambia, y listo. Así la luz podrá seguir dejando escribir esos relatos que se escriben día a día, arbitraria y aleatoriamente, para que poco a poco se vallan convirtiendo en oraciones, las oraciones en palabras, y las palabras en “consoantes”.


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