miércoles, 5 de noviembre de 2014

Dame

Puedo hablar contigo a veces, pero siempre a través de un vítreo cristal ciego que me impide ver todas esas pequeñas cosas y matices que hacen a uno mismo, lo que convierte el cambio de información en algo inerte con el tiempo si se abusa de ello. Las palabras pierden sentimiento y los sentimientos extravían el significado de esas palabras que expresan sensaciones de los sentidos. 
El tacto es duro, la vista es artificial y el olfato es inexistente. Me arranco la piel a trozos de mis dedos pensado que lo mejor que puedo hacer es contemplarte con un velo delante de la cara, o con el tiempo agarrándome y asfixiándome hasta que pierdo el sentido y la orientación.
 Llegado hasta aquí mi legado, la palabra contar cambio el significado, y se comienza a parecer mas a una piedra que a otra cosa, siempre del mismo color, siempre en el mismo lugar, solo tocada por la erosión externa, casi inexistente. Los instantes se hacen momentos, los momentos se hacen de rogar, y llegamos a la conclusión que no hay nada que “piedra”, porque lo hecho esta dicho, pero lo dicho no esta hecho.




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