miércoles, 5 de noviembre de 2014

Des-inflado

Estaba preocupado. Hinchado como un globo, cada bocanada de aire que recibía podía hacerlo estallar, necesitaba deshincharse poco a poco, quitarse el harapiento sabor a polvo. De la misma fuente emana la pura agua y fluye contaminada. Los transcursos del día a la noche no conocen de amaneceres ni de atardeceres, el sol ha desaparecido y la luna esta de vacaciones. 
Pero en ese crepúsculo existe una estrella, siempre brillante en su semblante, que incita al caminante a seguir adelante en su camino, llueva o nieve. El resplandor late fervorosamente a descompás del reloj de la mente inteligente, ganado un paso al viajante, cada vez más impasible y confiado. Oh explorador, que arriesgas tu vida por un sorbo de agua bendita, procedente de arroyos malditos... un sorbo de ella* hace a los demonios desaparecer, a los ángeles dormir y a mi estremecer...


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