De los suspiros algo nace que no es la pena, porque
la he abatido antes de la agonía.
El espíritu crece olvida y llora: algo nace,
se prueba y sabe bueno, todo no podía ser desilusión: tiene que haber,
Dios sea
loado, una certeza, si no de bien amar, al menos de no amar, y esto es
verdadero luego de la derrota permanente.
Toda victoria se convierte en derrota si no es el
comienzo de una nueva lucha
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